viernes, 25 de enero de 2013

Las herramientas y la hegemonía


En las últimas dos semanas se armó un gran revuelo mediático, que fue parcialmente retomado por dirigentes políticos de distintas procedencias acerca de la adjudicación de un camping educativo a una organización social neuquina. Hubo dos ejes en foco. Por un lado la procedencia geográfica de la organización social y por otro su estrecho vínculo con el Movimiento Evita, organización social y política vinculada al kirchnerismo y con gran peso dentro del gobierno local.

El revuelo picó más entre la prensa que entre la dirigencia política, lo que pareciera ser un indicio local del traslado de la representación opositora a ciertos medios de comunicación ante el déficit de representación y oferta de proyecto político alternativo por parte de la dirigencia opositora. Por el hecho fueron entrevistados el Intendente del Parque Nacional Lanín, Ricardo Rúa, el Subsecretario de Deportes municipal e integrante de las organizaciones en cuestión, Pablo Freire, y el representante de la fundación Deporte Especial, Guillermo Lima, que hasta el año pasado detentaba el usufructo del mencionado camping educativo.

La historia comienza con la rescisión del convenio de utilización por parte de la organización Deporte Especial y la reciente firma del convenio para su uso de parte de Unomasuno, una organización social nacida en la ciudad de Neuquén, estrechamente vinculada al Movimiento Evita. Sobre el cambio de manos se posaron todas las lupas de un dispositivo mediático heterogéneo pero que abreva en conjunto sobre el principio reinante del consumo de sentidos de la clase media, cual es cierta desconfianza ontológica con la política, sus discursos, sus acciones. Así, la relación del vínculo entre la nueva usufructuaria del camping y el Movimiento Evita, sumado a su presencia en el gobierno local, fueron el eje de discusión que intentó apoyarse además en la procedencia de la organización nacida en Neuquén y en un discurso velado de injusticia al quitarle la ocupación del predio a la fundación Deporte Especial.

El tejido de sentidos en torno al caso fue eficiente en su afán de iluminar con el opaco haz de la sospecha a la llegada de Unomasuno al predio de la discordia. Independientemente de los actores mediáticos y políticos que desfilaron por los micrófonos de fiscalía, la elocuencia más vehemente se haya plasmada en los papeles. A la Fundación Deporte Especial se le quitó la concesión por haber incumplido a lo largo de diez años de ocupación del predio lo que formaba parte de su aporte producto del convenio, según reza el dictamen que emite el Parque Nacional para justificar la quita del predio. No sólo esto es argumento suficiente, sino que la rescisión del vínculo no fue ejecutada por el actual Intendente, sindicado él como soldado puro y duro de una intervención kirchnerista en el Parque, sino que lleva la firma de su predecesor, el silencioso Daniel Ramos, insospechado de militancia alguna. Este sólo hecho y la lectura atenta del dictamen que conlleva la finalización del acuerdo inhibe las sospechas de kirchnerización a costa de “organizaciones no políticas”, como también inhibe a las críticas no documentadas acerca de la utilización comercial que habrían desempeñado los titulares de la Fundación Deporte Especial en el predio “Las Taguas”. Volvemos entonces: la lectura del documento, algo a lo que rehúyen las dinámicas mediáticas con su vorágine procesal, es clara en sí misma y desbarata los intentos de condena por la suposición de politización que recae, paradójica, sobre la misma política.

La pregunta es por qué esta “sospecha” cuando la apropiación del espacio público, la adjudicación de su usufructo, debe ser estrictamente política. ¿Qué pasa con aquellos actores políticos que critican en sus adversarios el hecho mismo de “hacer“ política? ¿O no fue política la adjudicación a la Fundación Deporte Especial? ¿O no son Guillermo Lima y Guillermo Keenan dos simpatizantes del Movimiento Popular Neuquino que no ocultan su simpatía y no debieran por qué hacerlo? Estos hechos no pueden ser una acusación. Pero tampoco puede presentarse velada como generosidad altruista el desempeño de organizaciones que impulsan proyectos políticos. Detrás de toda organización social hay un objetivo político, no debe ser ocultado.

El gobierno llegó tarde

A Jorge Carro se le pasó el tiempo y este gobierno corre el riesgo de repetir el error. La caída del muro, el fin de las grandes ideologías, la entronización del discurso único del neoconservadurismo liberal dio a luz como sus opuestos a organizaciones que suplieron el rol que el servilismo partidario de los 90 expulsó del sistema político. Sin duda fue el gobierno kirchnerista en sus comienzos quien marcó el camino de retorno al sistema político de dichas organizaciones. Pero en la dinámica de construcción de su poder, el mismo kirchnerismo dio espacio a la lógica organizacional semiorgánica. Son en sí mismas esas herramientas recursos en base a los cuales extender la hegemonía política de distintos procesos y en ese sentido hay que comprender la razón positiva de esos espacios. Deporte Especial no es ni buena ni mala y Unomasuno tampoco.

En San Martín de los Andes parece haberse abierto un tiempo de disputa hegemónica entre dos grandes espacios que podemos sintetizar esquemáticamente así: un conservadurismo popular que reúne a sectores que van desde la marginalidad hasta los actores dominantes del entramado económico local, pasando por sectores medios dependientes directamente del Estado y el turismo como sector económico central, esto representado en el MPN; y una centroizquierda que logra aglutinar a partir de la capacidad de convocatoria de la cultura de época que corporiza el kirchnerismo y va hacia sectores progresistas de clases medias profesionales, núcleos popular marginales que protagonizaron la bonanza kirchnerista y sectores contestatarios surgidos ante la precarización a que llevaron las décadas neoliberales, corporizado en este novedoso Acuerdo Político. Y hay otras patrullas perdidas: lo que queda de Libres del Sur cada vez más diluido en un FAP que alienta una estrategia de crecimiento a derecha, el PO y el Partido Vecinal, de poco futuro y que disputa el electorado con el MPN.

Cada actor de estos grandes dispositivos con pretensiones hegemónicas (locales) tiene sus herramientas con que ampliar su base de representación y anclaje político sobre el que extenderse socialmente. Para el MPN sus herramientas tradicionales fueron en San Martín la Cámara de Comercio, la Asociación Hotelera Gastronómica, el Colegio de Abogados, las Cooperativas de Vivienda (en especial Covisal), los clubes barriales nucleados en la Liga de Fútbol, pero también otras como Puentes de Luz, el Club Lacar y también la Fundación Deporte Especial. En cambio el Acuerdo Político, aunque naciente, ancla su potencial construcción en el fortalecimiento de sus estructuras orgánicas como el mencionado Movimiento Evita, consolidado y con desarrollo local, Cámpora, Kolina y Jauretche, con menor presencia territorial; también Las Juanas, el sector más político de ATE que compone UNE y la conducción de ATEN a nivel local. Pero además tiene otras colectoras político sociales, cuales son la denominada Asamblea de Organizaciones Sociales, donde se nuclean experiencias potentes como Vecinos Sin Techo y otras de menor desempeño como Rizoma o Comisión por la Memoria.

Volviendo al núcleo, una hipótesis en tres y el cierre.

Los papeles evidencian razones más que atendibles en la quita de la concesión de “Las Taguas”, no obstante el desembarco del Movimiento Evita quizás muestre el primer paso concreto de avance político desde la órbita del Acuerdo por ir a la ofensiva en la disputa de espacios contra el tradicional dominio del MPN. Y en esta órbita, esta claro que el actual gobierno desarrolla una tarea notoriamente mejorada en el área de Deportes en comparación con la gestión anterior. Es lógico que la “gestión” procure a su vez un crecimiento de la presencia política a partir de ella. Este puede ser un primer ensayo, difícil es saberlo, pero hay evidencias de otros pasos concretos sobre los que bastará observar su desempeño para confirmar la hipótesis.

En el área de Turismo puede percibirse, a priori, un trabajo político inteligente y metódico sobre un núcleo clásico del MPN. Debe llamarle la atención a los dirigentes locales del cincuentenario partido provincial las críticas que les llovieron desde la platea del ENSATUR y el más que inusual consenso en torno a un aumento de tasa por parte de sus mismos contribuyentes. La mejor temporada de la década, las calles repletas de turistas y actividades que colorean el espacio turístico, la conducción sobre conflictos clásicos y recurrentes como el Mapuche o la llegada a las puertas del mismo Ministro de Turismo nacional son algunos de los recursos con que el Secretario Vellido trabaja el sentido de conveniencia del sector en apoyar esta gestión.

El tercer campo es central en la política social, fue histórica herramienta de despliegue provincial y local de lógicas clientelares y es campo de acción de una organización muy cercana al oficialismo desde donde provienen algunos de sus funcionarios. El Instituto de Vivienda y su titular Rodríguez muestran una de las mejores caras de este gobierno. Con un dinamismo notable y hasta vertiginoso, con presencia barrial con elevado reconocimiento social, ha sabido gestionar ante Provincia y Nación y pareciera avanzar en una construcción política en base a una demanda que le dará múltiples beneficios tanto al gobierno local como provincial. Esta será el área en que el MPN se verá más inhibido a la hora de plantear obstáculos por su exposición crítica y la capacidad extorsiva de sus demandantes.

El conflicto está planteado y las organizaciones parece que serán las herramientas que disputarán los espacios de construcción política. Restará saber si el gobierno de Fernández tomará más riesgos y apoyará con mayor vehemencia el crecimiento de esas estructuras y cuál será la respuesta del MPN. A nadie escapa que la supervivencia de cualquier proyecto político requiere una presencia más activa de sus estructuras de construcción en áreas sensibles o nodales del escenario cultural donde opera. Hasta ahora estos primero pasos hicieron algo de ruido, veremos si se acumulan las nueces.

Emilio R.

jueves, 17 de enero de 2013

Al año


El fin de año le llegó al nuevo gobierno casi como una imagen síntesis de un convulso primer año de gestión. Escenario de conflicto donde la violencia fue su característica central, en lo que parece ser una mecánica que se ha instalado en esta ciudad desde los descompuestos años 2000. Primero fue el sindicato municipal ATE, luego un pequeño grupo de madres de familia exponiendo críticas condiciones sociales y en estos días un extraño grupo de trabajadores de obra que no terminan de dejar claro qué los motiva ya que los conduce un discurso sinuoso dónde se vislumbran tanto aliados como oponentes marcadamente contradictorios.

Pero pese a lo convulso, el fin de año ha mostrado lo mejor del gobierno. Lo más duro fueron sus comienzos. Desde el principio advirtió Fernández que se encontraba con un Municipio quebrado al que le iba a ser muy difícil repechar la relación con una gobernación de buenos modales pero hostil. Luego se sumo a eso la temprana ruptura al interior del armado del PJ con los golpes de puño entre el Secretario de Gobierno Carnaghi (virtual Jefe de Gabinete) y el Presidente del Concejo Deliberante, quizás el referente político que más desentonaba con la tónica general del gobierno. Luego sobrevino el golpe más fuerte para el gobierno porque lo fue directamente a la figura misma de quien mejor imagen y mayor potencial tenía, y quizás aún tenga, dentro de este Acuerdo Político, cual es el mismo Intendente con la causa que involucra aún a un hijo suyo. Ese golpe de nock out dejó letalmente mal herido al gobierno quizás para toda su gestión.

Al año también lo siguió un virtual enfrentamiento financiero con la Provincia con el agravante que a la histórica situación de inequidad que refleja la coparticipación con esta localidad se le suma el signo político contrario que enrarece discusiones, planteos, pedidos. Pero sumado a esto el flanco político más duro para Fernández, y quizás sea este el único flanco estrictamente político en que flaquee el gobierno, cual es el vínculo con el Gobierno Nacional que se esperaba mucho más fructífero en términos materiales. La crisis mundial y el estancamiento productivo nacional parecieron cerrar las canillas de la obra pública. Fueron en vano un sinnúmero de viajes del Intendente ya que no parece haber llegado nunca con ladrillos aunque sí con promesas. Claro está, y es honesto reconocerlo, que la inmensa mayoría de las obras que se han realizado en esta localidad en los últimos diez años han sido gestionadas durante el gobierno de Jorge Carro (paralelo al de Néstor Kirchner en Nación y Jorge Sobisch en Provincia) y no ha sido aquel quien las ha inaugurado, para más, las últimas dos de la saga una ya la inauguró Fernández (Planta SIRVe) y otra lo hará pronto (Planta tratamiento líquidos cloacales). Con lo cual podemos inferir que esos viajes de Fernández sembraron de proyectos los ministerios. Si es así no lo sabemos, no es la comunicación un fuerte de este gobierno.

La oposición parece un fantasma en varios sentidos. En algún punto pareciera perturbar un poco al gobierno quizás por su peso legislativo, pero ciertamente ha sido mayoritariamente colaborativa y si no lo fue no hizo nada el gobierno por contar las situaciones y las razones, más allá del reciente chisporroteo (estéril) por la tasa del ENSATUR y algunos runrunes no confirmados que mencionan el bloqueo del gobierno a algunos negocios inmobiliarios de la concejal Vita. Los exponentes de ese ente denominado oposición no parecen ser hoy oponentes serios para el gobierno, más bien es el mismo gobierno y sus temores su principal oposición. El concejal Bruno no parece encajar en el fisic du rol del sanmartinense promedio y su desesperación evidente por el poder lo hace caer en numerosas contradicciones, atropellos, exabruptos. Es un político sobreactuado en un contexto de representación de lo político que reclama escapar de esos viejos lugares comunes. En ese sentido el concejal Salonitti es más inteligente. Comprende la necesidad de los discursos moderados y sabe además que gran parte de las dificultades que manifiestan tanto el Estado municipal como el provincial son en parte responsabilidad del MPN. Tiene otro inconveniente fundamental: es aún visto como un extraño. No es conocido en los sectores populares que históricamente siguieron al Movimiento y no lo terminan de asumir como enteramente propio los sectores tradicionales del poder local, que también fueron históricamente simpatizantes del MPN. Vale de muestra para ello el conflicto por la tasa del ENSATUR. No obstante, el partido provincial cuenta con el capital de representar la cultura provincial: es sin duda la expresión más acabada del promedio cultural de la provincia y eso le da un piso envidiable. Más allá de esto, tendrá su interna.

Volvamos antes de cerrar a los conflictos que marcaron el fin de año y que, fue dicho, mostraron lo mejor del gobierno en términos políticos. Los últimos tres conflictos fueron violentos, contaron con denuncias hacia el gobierno y gran despliegue mediático. De los primeros dos parece haber salido muy fortalecido, el tercero aún está en tránsito. Parece fortalecido por la aparente contradicción que implican sus oponentes. La representación común ubica al gobierno al lado de ATE, y en cierta medida es justo decirlo que ese sindicato (hasta hace dos meses aliado del gobierno) consiguió a principios de año la mejor recomposición salarial de la provincia en lo que fue también la primera paritaria de un municipio en Neuquén, que contó además con la visita estelar de Julio Fuentes (Secretario General de ATE nacional) como broche que cerraba esta alianza con el gobierno. El conflicto fue duro, violento, se llevó un integrante del gabinete y un tercera línea y aún así con una perseverancia paciente y decidida instaló la crisis financiera del municipio y desterró para siempre el mal llamado “bono navideño” y corrió la respuesta económica a la paritaria del nuevo año bien lejos del monto exigido por ATE. Luego la crisis con las mujeres en el salón que expresó la necesidad de sectores bajos que dice el gobierno representar pero ante los que no dio el brazo a torcer en el tópico de que no hay plata para negociar bajo extorsión, y terminó cerrando el drama sin la exposición del Intendente haciendo jugar a actores novedosos en la negociación política como el Concejal Manson y el Subsecretario de Deportes Freire.

Como decía, en estos desenlaces se observa el mejor balance del gobierno porque tuvo en ellos quiebres con sectores de su representación que le debieran haber traído grandes dolores de cabeza a la unidad del Acuerdo Político y lejos de ser así, lo mostró a Fernández en pleno conflicto rodeado de todos sus integrantes quienes tuvieron que soportar duras críticas internas e incluso la fractura de Libres del Sur que parece ser un logro del gobierno, no por los sectores locales de quienes se separa sino por su discurso nacional antikirchnerista que debe traerle complicaciones políticas afuera y dificultades internas de trabajo. La foto que ilustra esto quizás sea la respuesta hacia ATE en una conferencia de prensa rodeado por la concejal Ambrogi y el Secretario de Desarrollo Social Carlos Welsh, ambos dirigentes de UNE. Ha demostrado Fernández ser un conductor atípico. No es el lugar común del Intendente y de algún modo se ha destapado con la capacidad de mantener un Acuerdo al que todos le habían extendido fecha de defunción anticipada y que aún habiendo atravesado un año tremendo parece gozar de muy buena salud.

Quizás podamos decir que no sabemos aún qué es el proyecto político del Acuerdo, ni qué es el gobierno de Fernández. Y allí quizás calcen en algo las críticas recientes del Concejal Salonitti quien habló de la ausencia de proyecto y la falta de gestión. Tal vez, de haber ese proyecto y de existir aún un Gobierno por vislumbrar con alguna característica propia distintiva que ratifique lo oportunamente generado en la ciudadanía aún le esté faltando delinearlo. Quizás al San Martín de la Gente le esté faltando el discurso político que lo ubique en el centro de la escena del proyecto social, político y económico de San Martín, pero también en el centro de los debates, y aún más de las discusiones y los conflictos de San Martín. No es que el gobierno no de la cara, incluso se muestra activo en las difíciles, pero parece faltarle el carácter que represente en políticas claras y en objetivos palpables a mediano y largo plazo lo que quiere significar ese novedoso San Martín de la Gente. Tiene por delante que volver de sus viajes con ladrillos, estabilizar el problema financiero municipal y seguir consolidando el espacio del Acuerdo Político. Se verá.

Emilio R.