El fin
de año le llegó al nuevo gobierno casi como una imagen síntesis de un convulso
primer año de gestión. Escenario de conflicto donde la violencia fue su
característica central, en lo que parece ser una mecánica que se ha instalado
en esta ciudad desde los descompuestos años 2000. Primero fue el sindicato
municipal ATE, luego un pequeño grupo de madres de familia exponiendo críticas
condiciones sociales y en estos días un extraño grupo de trabajadores de obra
que no terminan de dejar claro qué los motiva ya que los conduce un discurso
sinuoso dónde se vislumbran tanto aliados como oponentes marcadamente
contradictorios.
Pero
pese a lo convulso, el fin de año ha mostrado lo mejor del gobierno. Lo más
duro fueron sus comienzos. Desde el principio advirtió Fernández que se
encontraba con un Municipio quebrado al que le iba a ser muy difícil repechar
la relación con una gobernación de buenos modales pero hostil. Luego se sumo a
eso la temprana ruptura al interior del armado del PJ con los golpes de puño
entre el Secretario de Gobierno Carnaghi (virtual Jefe de Gabinete) y el
Presidente del Concejo Deliberante, quizás el referente político que más
desentonaba con la tónica general del gobierno. Luego sobrevino el golpe más
fuerte para el gobierno porque lo fue directamente a la figura misma de quien
mejor imagen y mayor potencial tenía, y quizás aún tenga, dentro de este
Acuerdo Político, cual es el mismo Intendente con la causa que involucra aún a
un hijo suyo. Ese golpe de nock out
dejó letalmente mal herido al gobierno quizás para toda su gestión.
Al año
también lo siguió un virtual enfrentamiento financiero con la Provincia con el
agravante que a la histórica situación de inequidad que refleja la
coparticipación con esta localidad se le suma el signo político contrario que
enrarece discusiones, planteos, pedidos. Pero sumado a esto el flanco político
más duro para Fernández, y quizás sea este el único flanco estrictamente
político en que flaquee el gobierno, cual es el vínculo con el Gobierno Nacional
que se esperaba mucho más fructífero en términos materiales. La crisis mundial
y el estancamiento productivo nacional parecieron cerrar las canillas de la
obra pública. Fueron en vano un sinnúmero de viajes del Intendente ya que no
parece haber llegado nunca con ladrillos aunque sí con promesas. Claro está, y
es honesto reconocerlo, que la inmensa mayoría de las obras que se han
realizado en esta localidad en los últimos diez años han sido gestionadas
durante el gobierno de Jorge Carro (paralelo al de Néstor Kirchner en Nación y
Jorge Sobisch en Provincia) y no ha sido aquel quien las ha inaugurado, para
más, las últimas dos de la saga una ya la inauguró Fernández (Planta SIRVe) y
otra lo hará pronto (Planta tratamiento líquidos cloacales). Con lo cual podemos
inferir que esos viajes de Fernández sembraron de proyectos los ministerios. Si
es así no lo sabemos, no es la comunicación un fuerte de este gobierno.
La
oposición parece un fantasma en varios sentidos. En algún punto pareciera
perturbar un poco al gobierno quizás por su peso legislativo, pero ciertamente
ha sido mayoritariamente colaborativa y si no lo fue no hizo nada el gobierno
por contar las situaciones y las razones, más allá del reciente chisporroteo
(estéril) por la tasa del ENSATUR y algunos runrunes no confirmados que
mencionan el bloqueo del gobierno a algunos negocios inmobiliarios de la
concejal Vita. Los exponentes de ese ente denominado oposición no parecen ser
hoy oponentes serios para el gobierno, más bien es el mismo gobierno y sus temores
su principal oposición. El concejal Bruno no parece encajar en el fisic du rol del sanmartinense promedio
y su desesperación evidente por el poder lo hace caer en numerosas
contradicciones, atropellos, exabruptos. Es un político sobreactuado en un contexto
de representación de lo político que reclama escapar de esos viejos lugares
comunes. En ese sentido el concejal Salonitti es más inteligente. Comprende la
necesidad de los discursos moderados y sabe además que gran parte de las
dificultades que manifiestan tanto el Estado municipal como el provincial son en
parte responsabilidad del MPN. Tiene otro inconveniente fundamental: es aún
visto como un extraño. No es conocido en los sectores populares que
históricamente siguieron al Movimiento y no lo terminan de asumir como
enteramente propio los sectores tradicionales del poder local, que también
fueron históricamente simpatizantes del MPN. Vale de muestra para ello el
conflicto por la tasa del ENSATUR. No obstante, el partido provincial cuenta
con el capital de representar la cultura provincial: es sin duda la expresión
más acabada del promedio cultural de la provincia y eso le da un piso
envidiable. Más allá de esto, tendrá su interna.
Volvamos
antes de cerrar a los conflictos que marcaron el fin de año y que, fue dicho,
mostraron lo mejor del gobierno en términos políticos. Los últimos tres
conflictos fueron violentos, contaron con denuncias hacia el gobierno y gran
despliegue mediático. De los primeros dos parece haber salido muy fortalecido,
el tercero aún está en tránsito. Parece fortalecido por la aparente
contradicción que implican sus oponentes. La representación común ubica al
gobierno al lado de ATE, y en cierta medida es justo decirlo que ese sindicato
(hasta hace dos meses aliado del gobierno) consiguió a principios de año la
mejor recomposición salarial de la provincia en lo que fue también la primera
paritaria de un municipio en Neuquén, que contó además con la visita estelar de
Julio Fuentes (Secretario General de ATE nacional) como broche que cerraba esta
alianza con el gobierno. El conflicto fue duro, violento, se llevó un
integrante del gabinete y un tercera línea y aún así con una perseverancia paciente
y decidida instaló la crisis financiera del municipio y desterró para siempre
el mal llamado “bono navideño” y
corrió la respuesta económica a la paritaria del nuevo año bien lejos del monto
exigido por ATE. Luego la crisis con las mujeres en el salón que expresó la
necesidad de sectores bajos que dice el gobierno representar pero ante los que
no dio el brazo a torcer en el tópico de que no hay plata para negociar bajo extorsión, y terminó cerrando el
drama sin la exposición del Intendente haciendo jugar a actores novedosos en la
negociación política como el Concejal Manson y el Subsecretario de Deportes
Freire.
Como
decía, en estos desenlaces se observa el mejor balance del gobierno porque tuvo
en ellos quiebres con sectores de su representación que le debieran haber
traído grandes dolores de cabeza a la unidad del Acuerdo Político y lejos de
ser así, lo mostró a Fernández en pleno conflicto rodeado de todos sus
integrantes quienes tuvieron que soportar duras críticas internas e incluso la
fractura de Libres del Sur que parece ser un logro del gobierno, no por los
sectores locales de quienes se separa sino por su discurso nacional
antikirchnerista que debe traerle complicaciones políticas afuera y
dificultades internas de trabajo. La foto que ilustra esto quizás sea la
respuesta hacia ATE en una conferencia de prensa rodeado por la concejal Ambrogi
y el Secretario de Desarrollo Social Carlos Welsh, ambos dirigentes de UNE. Ha
demostrado Fernández ser un conductor atípico. No es el lugar común del
Intendente y de algún modo se ha destapado con la capacidad de mantener un
Acuerdo al que todos le habían extendido fecha de defunción anticipada y que
aún habiendo atravesado un año tremendo parece gozar de muy buena salud.
Quizás
podamos decir que no sabemos aún qué es el proyecto político del Acuerdo, ni
qué es el gobierno de Fernández. Y allí quizás calcen en algo las críticas
recientes del Concejal Salonitti quien habló de la ausencia de proyecto y la
falta de gestión. Tal vez, de haber ese proyecto y de existir aún un Gobierno
por vislumbrar con alguna característica propia distintiva que ratifique lo
oportunamente generado en la ciudadanía aún le esté faltando delinearlo. Quizás
al San Martín de la Gente le esté faltando
el discurso político que lo ubique en el centro de la escena del proyecto
social, político y económico de San Martín, pero también en el centro de los
debates, y aún más de las discusiones y los conflictos de San Martín. No es que
el gobierno no de la cara, incluso se muestra activo en las difíciles, pero parece
faltarle el carácter que represente en políticas claras y en objetivos
palpables a mediano y largo plazo lo que quiere significar ese novedoso San Martín de la Gente. Tiene por delante que volver de sus viajes con ladrillos,
estabilizar el problema financiero municipal y seguir consolidando el espacio
del Acuerdo Político. Se verá.
Emilio R.
y ate siempre hizo lo mismo, son amigos un rato, pegan, saltan el cerco, defienden a los que ayer criticaban. por eso siempre se quedan solos cada tanto. es cuestión mirar lo que pasa con de genaro y las peleas en une que algunos van y otros no.
ResponderEliminarel gobierno va bien, los demás son de petroleo
Este gobierno no es bueno es lo menos malo. Si bien muchos dijimos basta de MPN y seguimos creyendo que esta experiencia tiene que resultar la mejor para san martin todavia esperamos muchos gestos. No sería bueno que en el 2015 haya sectores que no voten al Acuerdo Político y veamos a Bruno presidente del concejo y Saloniti intendente
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